Involuntario

Cabalgando lentamente sobre un mar de las mismas palabras, desangrado, con un dolor en la cabeza que me aterra, es confusa la histeria que desea apoderarse de mi cuerpo, segundo a segundo me repito, me clono, puedo verme, puedo acariciarme... aunque seas mi propia verdad, aunque hayas nacido de mis peores miedos, desde la oscuridad que apacigua las tinieblas, siento mi propia mano hundirme hasta el fondo solo para poderme decir al oido, hoy es un buen día para morir, y con toda la esperanza y el pecho inflado, con un gran suspiro, el alivio funde mis dos seres en una hermosa purulencia, llena de inmoralidad.