UHV

Las alturas no son las correctas, la luz está muy desinhibida...mi padre me sigue penetrando, la televisión suena enardecida, cierro los ojos y no puedo dejar de pensar en el sistema totalitario de pose resplandeciente para el olor de las peores patrañas de una cruda realidad, como la muerte fría que huele hasta cualquier esquina, sentado con el abochornante calor, el sudor pegajoso en las axilas, el sabor a sal y tierra en la lengua, no se puede creer que al hemisferio norte de una referencia cuadrática, no copulen las elipses ni las figuras helicoidales, friccionar la pequeña granalla en los orificios auditivos, es el colmo de la pereza en su ingrata gracia, sonriendo como feliz gato boca abajo, desintegrando buenas intenciones, humillando la sensatez y queriendo dilucidar en formas modificadas, lo que no pudo ser. Odio a mi madre y al ser que le dio a luz, amo a la muerte en vida que no me permite amar a mi madre, odio a la madre de mi muerte en muerte que llora por las horas de amor, amo a la madre de mis pensamientos que me permite odiar y amar todo lo que siempre será, por un tiempo todo se reproducirá, la violencia será clonada y vendida para tu propia satisfacción, las hojas de los árboles verán nacer la peste en sus entrañas, haciéndolos caer uno a uno para dilapidar la boscosa ruina existencial, odia a tu hermano, y viola a tu hermana, alimenta a la economía en su forma mas pura, embotella tu esencia y regálala a cualquier postor, colecciona energía potencial, enciérrala dentro de tu ser, las manos en tu cintura, el excremento entre las piernas, angelical momento precoz, sin soltar los cabellos, apretando con el puño, sobre la almohada negra, manchada de sangre, aún me sigo quemando, ardiendo, sin lágrimas, me aparto de toda frenética sensación de placer. Odio a mi padre y al ser que le dio a luz, amo a la muerte en vida que no me permite amar a mi padre, odio al padre de mi muerte en muerte que llora por las horas de amor, amo al padre de mis pensamientos que me permite odiar y amar todo lo que siempre fui, como hojas secas, en el calor de la primavera, no esperen verme renacer, no tengo intenciones de lograrlo, en el suelo desnudo, con el sol en mi espalda, por fin, venceré el insomnio, y partiré a ese lugar, sin miedo a ser violado