Immigrant Song

Otra vez no hay remedio, esas pequeñas particulas de polvo que logran infiltrarse en los vientos del mar, viajan y son libres, aterrizan en cumbres borrascosas y meditan la ínfima existencia secular, no hay creencia divina que pueda arreglar el desastre en que nos hemos convertido, ellos se van y lloran absurdamente por la distancia entre sus terruños que los vieron convertirse en polvo, yo me quedo a respirar esa tierra de infectada e inmunda intrascendencia, lleno mis ansias con dulces de madera respirable y mis sueños se alejan de todo augurio positivo en dirección de la redención, olvidar, olvidar ésta granja, el queso y la leche cortada que ponen a prueba nuestros pulmones, ahora mas pesados e infestados de polvo de esmeril, de fierro desprendido que la factoría ha dejado sobre mis espaldas... cuantas lagrimas enlodadas en cada palabra que leo de mis viejas dolencias, es tan desesperante ver como extrañas esta cloaca, el frío te ha entumido la mente y no puedes pensar mas que en regresar a la ciudad del sol con sopor, aquí no es así, pienso que un día pensaré, y entonces seré una pieza mas desencajada, pero con gran congruencia, como cuando las esquinas de mi cubo de tonalidades están en su lugar, pero los colores no coinciden con sus centros, sabes que lo correcto es de otra forma pero solo te inclinas y con los codos en las piernas jalas el aire infestado de nuevo por aquellas partículas de polvo agrio cuajado en la pútrida costra del recuerdo, ahora solo cambiemos de lugar y mostremos los dientes como perros, para no hablar de lo que dejaste, para no soñar con lo que dejaré.